martes, 3 de mayo de 2011

Cuatro ensayos sobre la libertad. Isaiah Berlin (2da. Parte)

LAS IDEAS POLÍTICAS DEL SIGLO XX

Hemos identificado como métodos las formas ordenadas de investigación. Pero en sí es el pensamiento el que se está ordenando desde el individualismo humanitario y el nacionalismo romántico del siglo XIX. Este pensamiento dio lugar a dos grandes corrientes de pensamiento filosófico. El pensamiento socialista que establecía que sin un control de los recursos económicos ningún compromiso intelectual es suficiente, que se tradujo en un pensamiento conservador de los valores morales que supuestamente llevarían a la sociedad al monismo tal y como lo expone Berlin en su introducción. Prevalecería el peso de las instituciones contra la injusticia y el caos causados por el anarquismo y el pensamiento liberal; el conservadurismo entonces propone una libertad negativa. Los liberales por supuesto que defendían la libertad de pensamiento, de competencia y desarrollo que serían la base para un desarrollo económico cuyo resultado es la modernización de los medios de producción y con ello el desarrollo del conocimiento científico. Pero dentro de estas propuestas, la participación del individuo en ambos sistemas resulta ser el factor determinante para su realización. Desde el siglo XIX tenemos esta disyuntiva y hasta el día de hoy no podemos encausar un resultado que sea positivo universalmente.
Los cambios en el pensamiento han provocado crisis políticas lo cual hace entendible pero no justificable sus consecuencias. Ante estas crisis, las organizaciones alternas han surgido como opciones de control social antes de que vengan las revoluciones que tienen el mismo origen, la búsqueda de la libertad. La ruptura entre el cambio y el cambio violento se presentó con la revolución francesa, icono de libertad de actos y pensamiento. De ahí han surgido las filosofías que dieron lugar a los Estados políticos como los conocemos en la actualidad y después los grandes sistemas de gobierno en los que se dividió el mundo en el siglo XX. Estos cambios dieron origen a la creación de instituciones que regularan la convivencia entre Estados después de la crisis política de 1945. El entendimiento de que el ser humano se encontraba sujeto en su desarrollo a factores más complejos que requerían de algo más que una institución para comprenderlos, fue el factor que permitió la modernización política por medio de la cual la sociedad tomó el poder a través de métodos económicos superando al Estado, creando una organización paralela.
Tanto conservadores como liberales impusieron su filosofía en el ámbito de competencia a través del siglo XX. La transformación de la historia dentro de un mundo bipolar llevó al máximo la creación de métodos tanto de defensa como de ofensiva. El monismo de Berlin quedaba por completo a la deriva en un contexto mundial que no permitiría ningún cambio durante 45 años.
Para el análisis marxista, el futuro solo podía ser afrontado y enfrentado por el proletariado, que era la clase destinada para dominar puesto que era la dueña de la fuerza productiva minimizando el poder del capital productivo y el desarrollo tecnológico. Pero la instauración del pensamiento marxista se dio en una arena política de gran extensión geográfica. Como establecer un control sobre ciudadanos tan distantes que apenas y conocían a sus vecinos, menos conocían a sus lideres. La opción fue el control militar sobre la educación y el desarrollo económico que implicaba por supuesto la limitación y sometimiento del pensamiento en una libertad negativa, ya que no se contaban con los recursos para satisfacer la gran demanda de la población que según Lenin, se encontraba en la situación que Aristóteles predetermino:
…"un gran numero de hombres eran esclavos por naturaleza y cuando se les liberaba de sus cadenas no poseían los recursos morales e intelectuales para afrontar la perspectiva de la responsabilidad…
Entonces la libertad no puede ser total, ya que el hombre es malo por naturaleza y sus actos siempre serán en perjuicio de él mismo. Necesita por fuerza de un órgano rector y limitante de los deseos naturales. Se planteaba la gran divergencia entre la libertad del individuo y la necesidad de orden que fue la justificación perfecta para que la democracia se instaurara como respuesta universal. Dentro de este pensamiento democrático, se incluyó la preocupación por las cuestiones generales que al no tener un objetivo prioritario individual, no representaban interés alguno y sin embargo, afectaban la convivencia social por lo cual debían ser sino eliminadas, sí limitadas.
Es pertinente hacer una aclaración. El pensamiento conservador impide el desarrollo intelectual como sinónimo de armonía. No fue gratuito que nos pasáramos casi 300 años en el oscurantismo ya que la ignorancia inhibe la ambición. En los párrafos anteriores no hemos pretendido identificar al sistema Leninista con un pensamiento conservador, aunque sus similitudes sean grandes y constantes. La característica común en ambos, es que la libertad se basó en un control férreo de la idiología y la filosofía social, dentro de un Estado centralista que pretendía llevar a la práctica las propuestas marxistas en una sociedad que no tenía las bases suficientes y tampoco eficientes para tal fin, que obligaban a la eliminación de todo aquel pensamiento que representara un cambio o amenaza para el sistema central. Sin embargo, el desarrollo científico y tecnológico de la antigua Rusia no se limitó. Su posición como líder político y militar no le permitía rezagarse en la carrera armamentista cuando la exploración y potencial explotación el espacio exterior representaba la supremacía en todos sus ámbitos.
Pasemos ahora al pensamiento netamente liberal de los estados Unidos, que ahora corren el riesgo de que esa total libertad se convierta en una amenaza anarquista por el poder económico que ha alcanzado. El pensamiento utilitarista tiene como principal objetivo la seguridad, tanto de personas como de bienes e intereses sin importar la pérdida parcial de la libertad reduciendo el horizonte de ambiciones. Básicamente, ésta es la fundamentación por la cual se creó la Liga de las Naciones y su consecuencia que es la O.N.U. para legitimar los valores considerados como justificables en función de una interpretación histórica que deseaba implantar el capitalismo como forma de producción universal. Saint-Simon decía que "el gobierno de los hombres será sustituido por la administración de las cosas". Esto, aunado a la justificación de la O.N.U. como monopolio de los Estados Unidos necesitó de un orden inquebrantable para adaptar al ser humano a las nuevas fuerzas de lealtad y sentimientos nacionalistas. El sistema capitalista amplía el margen de comercio y a su vez, reduce el miedo que representa la libertad de elección del ser humano ya que la amplitud de opciones de adquisición de un bien o un servicio es garantía de integración y pertenencia a un grupo social determinado.
Pero cuando el poder político resulta insoportable, cuando reduce al mínimo las libertades individuales, el hombre tiende a buscar refugio en otra fortaleza que represente oposición hacia el Estado y en todo caso y es el peor, se encuentra la iglesia como alternativa de reencuentro y reconocimiento tanto individual y colectivo. Creamos así el pensamiento utilitarista que no representa sumisión, sino aceptación de una autoridad que nos garantiza orden y bienestar general sacrificando una parte de nuestra propia libertad.

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