Sería injusto juzgar a la “izquierda” por la imagen que quiere dar el kirchnerismo, o lo mismo que juzgar a
la “derecha” por lo que fue el gobierno de Menem.
Kirchnerismo y Menemismo tienen mucho más en común de lo que los partidarios
de ambos bandos están dispuestos a admitir. Ambos se
caracterizan por la falta de respeto a las instituciones de la
república; por servirse de la ley en lugar de someterse a ella y por los enormes niveles de corrupción.
Ambos son profundamente demagógicos: proclaman la necesidad de justicia pero, a través de distintas
artimañas, condicionaron la libertad de los jueces para obligarlos a
desempeñar un rol servil; compran al sindicalismo (siempre ofertado
a buen precio) para evitar la conflictividad que normalmente debería
derivarse de sus políticas; extrajeron su base electoral de los
sectores más empobrecidos y “feudalizados”; etc...
Para tratar de entender estas similitudes tal vez habría que
considerar que muchos de los políticos que acompañaron ambas
gestiones son los mismos... y más aún, para profundizar el asombro
habría que recordar que no pocos legisladores que votaron a favor de
las privatizaciones de Menem también votaron a favor de las
estatizaciones de Kirchner.
¿Cuál es el común denominador de todos ellos? La respuesta es simple
y contundente... el peronismo. El peronismo, en efecto, es, menos
que una ideología, una conducta política caracterizada por el
populismo, vale decir, la corrupción, la ambigüedad ideológica, el
verticalismo y una amenaza totalitaria de siempre posible concreción.
Su objetivo primordial no es transformar las estructuras y
relaciones sociales, económicas y políticas sino preservar el poder
y la hegemonía política a través de la popularidad entre las masas.
Para ello el populismo enarbola banderas legítimas, de las que se
apropia con un gran sentido de la oportunidad (oportunismo), pero
que resultan bastardeadas hasta el punto de convertirse en la
antítesis de aquello que son por definición. La justicia social da
lugar al clientelismo político, las privatizaciones y estatizaciones
a la corrupción; el reclamo de libertad termina en el aislamiento
internacional, la demanda de productividad conduce a pingues
negocios para empresarios amigos del gobierno, la protesta contra
los monopolios privados da lugar a los monopolios del estado...
Una de las consecuencias del gobierno de Menem fue que el
liberalismo deviniera una mala palabra en Argentina porque es
identificado con algo con lo que no tiene nada que ver. Igualmente,
pienso, ha de ocurrir con el socialismo que inevitablemente
resultará asociado a la gestión de Kirchner.
Argentina viene transitando un ciclo de decadencia muy intenso
porque toda su estructura social está infectada por un populismo muy
dilatado que, para auto-preservarse, busca evitar todo cambio que
conduzca al desarrollo de sus inmensas posibilidades.
B.E.
Muy linda nota, lástima que no se sostenga con argumentos. Es muy fácil decir "la falta de respeto a las instituciones de la república" (Sic, con minúscula, como está escrito, en vez de República), es muy fácil decirlo pero no dice nada. ¿Cuáles son las instituciones? ¿Cuáles son las pruebas? Quizá si podés darlas, me convenzas.No soy K ni menemista, es decir que no me siento tocado. Simplemente me molestan los "periodistas esclarecidos".
ResponderEliminarUtilizar términos ambiguos como "Populismo" es no decir nada. Explicame cuál es el uso que vos le das, quizá yo tenga otro. ¿O es el significado de la RAE que tenemos que pensar?
Disculpame, lo que sucede es que soy analista de discurso y retórica. La nota está muy bien estructurada, pero la estructura es de escarbadientes. En cuanto le ponés un ladrillo, se cae.
Un abrazo.
Jorge Aloy 16.393.718
Se agradece su crítica, no soy periodista, lo que hago es por puro placer. Con respecto a la utilización o carencia de argumentos me da la impresión que explicar cada frase sería terriblemente extenso...es decir...que son las instituciones? órganos constitucionales del poder soberano de la nación...y empezar a detallar esto se me haría muy engorroso. Presupongo que quien lee tiene un mínimo concepto de cuales son algunas de las instituciones del país...un ejemplo: el poder judicial, de ahí a desarrollar todos la idas y vueltas de ambos gobiernos...desde la corte menemista a Rafeccas...es muy largo.
ResponderEliminarLa palabra POPULISMO es la principalmente usada para caracterizar "medidas de gobierno populares", destinadas a ganar la simpatía del pueblo.
Gracias, Gabriel la aclaración. Comparto que es engorroso, quizá haya que abarcar menos para poder ser más específicos. Ahora que definís populismo, me suena algo bueno. Cuando leí la nota me daba la impresión que el populismo es algo inconveniente. "Populismop" es un término que depende el contexto en que se usa logra una caraga semántica particular. Supongamos que digamos que Perón fue populista, muchos lo verán bien y otros pensarán que fue demagógico.
EliminarUn abrazo.
Jorge Aloy
Muchas gracias por leer y opinar. Abrazo
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